Skip to main content

El auge (muy real) de la neoclásica en España: del piano preparado al subgrave

Una pianista que samplea cantos medievales y los lanza sobre un beat de trap; un productor de synth-pop que ahora escribe cuartetos de cuerda para que los pinchen en una rave; un dúo vocal que combina polifonía catalana del siglo XIV con pads de ambient y bases a 120 BPM.
Todo esto está pasando —y casi siempre de noche— en Barcelona, Madrid, València o Sevilla. La llaman “neoclásica”, aunque el nombre se le queda corto: es un revival de la música culta que se cuela en salas de electrónica, festivales de vanguardia y playlists de estudio chic. ¿De dónde sale esta ola? ¿Y por qué engancha a un público que creció con el reguetón en la oreja?

1. La generación que rompió el conservatorio (sin romper con Bach)

Marina Herlop

Formada en piano clásico, descubrió el Ableton y se empeñó en que los glissandos de Messiaen podían convivir con una caja de ritmos. Pripyat (2022) fue la primera pista; Nekkuja (2024) la confirmó como referencia mundial del art-pop experimental. Su directo cabalga entre recital de cámara y rave hipnótica.

Víctor Cabezuelo

Con Rufus T. Firefly agotó salas de rock psicodélico, pero sus trabajos en solitario (la trilogía Boreal, 2023-25) se adentran en el minimalismo de Steve Reich y la electrónica berlinés. Sus “conciertos-instalación” reúnen a fans del prog, amantes del techno y estudiantes de orquesta.

Tarta Relena

Las barcelonesas Marta y Helena parten del canto gregoriano y la tradición mediterránea. Su EP Fiat Lux (2025) añade texturas de drone y bajos filtrados que hacen retumbar cualquier sound-system. Han actuado en Sónar de Día… y de Noche.

2. Clubs, auditorios… y el medio feliz

  • Razzmatazz (Barcelona) programa ciclos Classical Takes los miércoles: electrónica + ensemble de cuerda.

  • Mondo Disko (Madrid) ha llevado a Grand River y Hania Rani con aforos sold out.

  • Mostra (València) mezcló en 2024 a Nina Kraviz con un set de Pablo Carrascosa (chelo + secuenciador) a las 3 a.m.

El público, lejos de huir, se queda fascinado: el clímax orquestal sustituye al drop; el silencio entre movimientos se vive como build-up antes de la subida.

3. Por qué funciona ahora

Factor Explicación breve
Cansancio del loop de cuatro acordes Después de mil fórmulas pop-urban, el oído pide complejidad armónica.
El auge del ambient en streaming Playlists de “focus” y “sleep” han familiarizado a la Gen Z con el piano introspectivo.
Tecnología asequible Un plug-in de cuerdas realistas cuesta 99 €. Antes requerías una orquesta real.
Espacios híbridos Salas y festivales buscan diferenciarse; la neoclásica ofrece sofisticación sin perder pegada.

4. ¿Revival o nueva categoría?

La llamada “música clásica contemporánea” lleva décadas existiendo (Glass, Nyman, Richter), pero la escena española 2023-25 añade dos ingredientes:

  1. Ritmo club: BPMs cercanos al house o al dubstep, subgraves que se sienten en el pecho.

  2. Narrativa pop: singles, videoclips, estética fashion. No hay elitismo: hay ganas de emocionar.

Más que traer lo clásico al presente, están llevando el club a la tradición. Resultado: un género mestizo que ya atrae a sellos como Irascible, Foehn o InFiné.

5. Dónde escuchar (y ver) la neoclásica española

Artista Lanzamiento 2025 Primer lugar para verlos
Marina Herlop Nekkuja (LP) Primavera Sound Night Pro
Víctor Cabezuelo Boreal III (EP) JazzMadrid – Sala Condeduque
Tarta Relena Fiat Lux (EP) Festival Periferias (Huesca)
Pau Alabajos x Òpera Piccola Mediterrani Modular (single) Mostra de València
Blanca Llum Vidal & b1n0 Vers a quatre mans (live set) L’Auditori Sessions (BCN)

Lo neoclásico no es una moda retro; es una ventana nueva: la música culta sale del auditorio y la electrónica gana profundidad emocional. Si las discotecas fueron catedrales del techno en los 90, en 2025 se convierten en salas de cámara con subwoofer.
Y España, con su larga tradición dual —zarzuela y after, cante jondo y pista bakala— parece el lugar perfecto para que este mestizaje florezca.